Charles-Alexis Clérel vizconde de Tocqueville nació en Île-de-France 1805 en una familia noble de monárquicos que sufrió la pérdida de varios de sus miembros durante la época del Terror en la Revolución francesa. Estudió Derecho y consiguió una plaza de magistrado en Versalles. En 1831 aceptó una misión gubernamental para viajar a los Estados Unidos de América para estudiar su sistema penitenciario. En su estancia de dos años quedó maravillado por la organización social y política de esta joven nación, lo que marcará su obra De la democracia en América.
A su vuelta Tocqueville abandonó la magistratura para dedicarse a escribir y a la actividad política. En 1838 ingresó en la Academia de Ciencias Morales y Políticas. En 1839 fue elegido diputado por el pueblo normando de Tocqueville. Condenó la Revolución de 1848, que terminó con la monarquía de Luis Felipe de Orleans así como el golpe de Estado de Napoleón III que liquidó la Segunda República y dio paso al Segundo Imperio. Sin embargo, entre ambos hechos, ejerció como ministro de Asuntos Exteriores durante la Segunda República, justo antes de retirarse de la política.
Una vez retirado se dedicó a continuar su obra intelectual. En 1858 su resentida salud le lleva a trasladarse a Cannes, en el sur de Francia, donde murió en 1859 de una afección pulmonar.
Su obra de nueve volúmenes está basada en sus viajes a los Estados Unidos de América, y es fundamental para comprender ese país. Es considerado defensor del liberalismo y de la democracia.
TEXTO
"He vivido con hombres de letras que han escrito sobre temas históricos sin haber participado en asuntos prácticos y con políticos que solo se han ocupado de producir acontecimientos, sin pensar jamás en describirlos. Me he dado cuenta de que los primeros veían causas generales por todas partes, en tanto que los segundos, viviendo en la mezcolanza de los hechos cotidianos, se imaginaban fácilmente que todo debía atribuirse a incidentes particulares y que los pequeños resortes que utilizaban cada día eran los mismos que hacen cambiar el mundo. Hay que decir que ambos se equivocan.
En lo que a mí respecta, detesto esos sistemas absolutos que hacen depender todo los acontecimientos de la historia de causas primeras unidas entre sí formando una cadena fatal y que, por así decirlos, suprimen a los hombres de la historia del género humano. Los encuentro pequeños en su pretendida grandeza y falsos en su aspecto de verdad matemática. Aunque resulte desagradable a los escritores que han inventado esas sublimes teorías para alimentar su vanidad y facilitar su trabajo, creo que hay muchos hechos históricos que sólo pueden explicarse por circunstancias accidentales y que otros muchos no encuentran explicación; que el azar, o mejor dicho ese que, porque no sabemos desenredar, llamamos enmarañamiento de causas segundas, tiene una gran influencia sobre todo lo que vemos en el teatro del mundo. Pero creo firmemente que el azar sólo actúa sobre lo que ya ha sido preparado. Los hechos anteriores, la naturaleza de las instituciones, el ariz de los espíritus, el estado de las costumbres son los materiales con los que compone el improntus que nos asombra y nos espanta.
Como todos los grandes acontecimientos de su género, la Revolución de Febrero nació de causas generales fecundadas, si así puede hablarse, por accidentes. Y tan superficial sería hacerle derivar necesariamente de las primeras como atribuirla en exclusiva a las segundas.
La revolución industrial que, desde hace treinta años, ha hecho de París la primera ciudad manufacturera de Francia y ha atraído a un mundo nuevo de obreros,a la que las fortificaciones han añadido un otro de labradores sin trabajo; la apetencia de disfrutes materiales que, estimulados por el gobierno, excitaba cada vez más a esa multitud; la enfermedad democrática de la envidia que sordamente la trabajaba: las teorías económicas y políticas que han ido naciendo y que proponen que las miserias humanas son el resultado de las leyes y no de la Providencia, y que puede suprimirse la pobreza cambiando la sociedad de base; e desprecio en que había caído la clase gobernante y sobre todo los que marchaban a su cabeza, desprecio tan general y tan profundo que paralizó incluso la resistencia de los que tenían más interés en conservar el poder que derribaba; la centralización, que reducía toda la operación revolucionaria a hacerse dueño de París y a controlar el aparato gubernamental; la movilidad, en fin, de todas las cosas, instituciones, ideas, costumbres y hombres en una sociedad móvil que ha conocido siete grandes revoluciones en menos de sesenta años, sin contar una multitud de conmociones secundarias: tales fueron las causas generales sin las que la revolución de Febrero no hubiera sido posible.
Los accidentes principales que la ocasionaron fueron las torpes pasiones de la posición dinástica que preparo una sublevación queriendo hacer una reforma; la represión de esa sublevación, excesiva primero y abandonada después; la desaparición repentina de los antiguos ministros que rompió de golpe todo el entramado del poder y que los nuevos, en su confusión, no supieron recomponer a tiempo; los errores y el desorden de ideas de estos ministros tan incapaces de consolidar lo que habían sido lo suficientemente fuertes para agrietar; las dudas de los generales y la ausencia de los únicos príncipes que hubiesen podido tener popularidad y vigor; pero sobre todo, esa especie de imbecilidad senil del rey Luis Felipe, debilidad que nadie había podido prever y que sigue siendo casi increíble una vez que los acontecimientos lo han puesto de manifiesto."
DESCRIPCIÓN DE LA OBRA
Este fragmento pertenece a la obra "Souvenirs", que es posiblemente la mejor introducción a la forma de pensar de Tocqueville y su obra más personal. Es una especie de aproximación a la historia escrita por Tocqueville en primera persona. En el libro, y también en otras obras, Tocqueville defiende de una forma poco argumentada filosóficamente, lo inadecuado de la separación científica entre objeto y sujeto, es decir, entre el estudioso y su objeto de estudio.
Tocqueville profundiza en el entendimiento de la naturaleza humana, que es el requisito básico de cualquier gran historiador. Contiene los principios fundamentales de la 'Filosofía Histórica' de Tocqueville y nos habla de la Revolución de 1848 de la que no creía que pudiese salir nada más que violencia. Tocqueville se adelanta a Marx como pensador social pero no opinaba que la historia de la humanidad culminase como un enfrentamiento de opuestos.
"Souvenirs" no es solo un incomparable relato histórico de la Revolución de 1848 en Francia, sino que también nos da pistas sobre la personalidad de Tocqueville y su talento como historiador.
PENSAMIENTO DEL AUTOR
Para Tocqueville toda la historia tiene una explicación multicausal pero no jerarquiza las causas (misma importancia). Por lo cual renuncia a toda explicación totalitaria y absoluta.
Hace un estudio empírico, no teoriza todo lo basa en la experiencia.
Comparó sistemas políticos de otros países, principalmente EE.UU. y Francia (en especia la Revolución francesa)
La democracia para Tocqueville es una forma de organizar el poder, la sociedad y la psicología de las personas (IGUALDAD DE OPORTUNIDADES Y CONDICIONES)
Para él todas las sociedades modernas su fin debe ser hacia la igualdad. Une libertad y democracia
La historia es impredecible, pero tiene sentido, argumento (es la extensión de la igualdad a través de causas muy diversas)
Realiza predicciones a partir del contexto histórico.
RESUMEN:
Tocqueville habla de la Historia y la Política y cómo las dos producen los acontecimientos pero no los describen. La Historia estudia las causas generales y la Política acontecimientos particulares. Según Tocqueville, ambos se equivocan. Ninguna de las dos disciplinas dan importancia al ser humano como un factor de influencia. Tocqueville está en desacuerdo con esta visión y cree muchos hechos se deben a causas accidentales, pero que no suceden de forma aleatoria. Pone como ejemplo la Revolución de 1848 la cual nace de sucesos accidentales no fortuitos. Enumera diversas causas y culpables de la Revolución de 1848 y además critica a los líderes que ostentaban el poder en ese momento por no poder frenar el avance revolucionario..
CONCEPTOS:
Revolución - Para Tocqueville es sinónimo de desorden, confusión.
Reforma - Cambio ordenado.
Causas Generales - Acontecimientos absolutos.
Causas Particulares - Acontecimientos concretos.
Causas Accidentales - Acontecimientos que se producen al azar.
Movilidad - Instrumento de igualdad.
COMENTARIO:
En el texto nos habla de las diferentes causas que explican la sociedad: generales, particulares y las que él llama accidentales; y de como se englobarían todas ellas en la teoría de la multicausalidad.
Que crea en el azar no significa que crea en el destino. Cree que al azar le influyen los hechos pasados, y la disposición de las personas.
Tocqueville explica mediante la multicausalidad los acontecimientos ocurridos durante la Revolución de 1848, los cuales no se pueden atribuir ni a causas generales ni particulares en exclusiva. Su descripción intenta ser objetiva como la de un historiador y enumera diversas causas sociales las cuales motivaron ese acontecimiento.
En el texto relaciona igualdad con movilidad y de cómo las revoluciones y los lideres que ostentaban el poder en aquel momento no supieron proteger ese pricipio. Para Tocqueville la Revolución debería haberse llevado a cabo como una simple reforma, prescindiendo de la violencia y del desorden.
Según Tocqueville en Europa no se ha llegado a la democracia, porque siempre que se han roto las estructuras de poder se ha caído en el desorden y en la anarquía, como explica en las últimas líneas del texto.
VALORACIÓN PERSONAL
Tocqueville está muy influenciado por su viaje a América, lo cual notamos cuando compara la democracia del nuevo continente con la vieja Europa. Al proceder de una familia aristocrática francesa ve con malos ojos cualquier revolución, sacando todo lo negativo y nada positivo y dado que perdió algunos de sus familiares con Robespierre. En el texto además da ideas de los problemas pero no explica cómo solucionarlos.
